Encuentro en Puerto Rico y
Córcega dos pueblos distintamente
similares que mantienen una identidad propia, aunque sean parte del
territorio de una cultura distinta a la suya.
Visité Córcega por primera vez durante el verano de 2010, allí tuve la oportunidad de vivir la experiencia
del PEC 04. PEC es el Programa de Estudios en
Córcega que la Escuela de Arquitectura ha ofrecido a sus estudiantes durante
los últimos seis años por medio de la secuencia de estudios en conservación y el
Archivo de Arquitectura y Construcción de la Universidad de Puerto Rico
[AACUPR]. Mi interés por participar en viajes culturales me condujo a formar
parte de este programa de estudios en el extranjero. El propósito del PEC es principalmente
documentar el patrimonio arquitectónico que edificaron los emigrantes corsos
que zarparon hacia América durante el siglo XIX y luego regresaron a Córcega
para hacer sus moradas de retiro. En el verano del 2010, durante tres meses, documenté
algunas de las edificaciones que los corsos que regresaron de la diáspora
construyeron en la ciudad de Bastia y la comunidad de Morsiglia. En el PEC cobré consciencia de que Puerto Rico
y el Caribe fueron el destino de un importante grupo de emigrantes corsos y que
la mayoría de estos emigraron desde el extremo norte de la isla,
específicamente desde el Cabo Corso [Ilust.1]. Mi participación en el PEC 04
despertó un interés por conocer más sobre estas edificaciones o “casas de los americanos”, como se les
conoce en Córcega. Ese interés fue creciendo ya que cuando regresé de mi experiencia de PEC 04 tuve
la oportunidad de trabajar como asistente de investigación en el AACUPR,
manejando de primera mano las documentaciones que se realizaron en el PEC ese
verano. Como asistente de investigación también regresé a Córcega en los veranos
de 2011 y 2012 para asistir en los trabajos que realizó el PEC 05 y PEC 06 para continuar documentando
las estructuras fruto de las fortunas hechas en América en la ciudad de Bastia,
las comunidades de Pino, Luri y Sisco, también en el extremo norte de la isla. Tanto
fue mi interés por “las casas de los americanos” que desarrollé mi Proyecto de
Fin de Carrera para el grado de Maestría en Arquitectura como un Centro de
Estudios sobre la Emigración Corsa para la comunidad de Pino.
El PEC me dio la oportunidad de viajar, pero más aun, de vivir
insertado durante tres veranos en una cultura distinta a la mía. Estas experiencias se han convertido en
un referente para reflexionar sobre algunos elementos que encuentro distintos,
pero a la vez similares, en mi identidad como puertorriqueño y la cultura en la
que estuve insertado durante mi participación en el PEC.
Las observaciones que comparto no deben interpretarse como una definición de la identidad
cultural puertorriqueña o la corsa, sino más bien como una reflexión sobre algunos
elementos que identifico –desde la
óptica de mi experiencia en el PEC- característicos entre ambas culturas y que oscilan
entre diferencias y similitudes. Mis
observaciones se agrupan en tres temas principales, estos son: (1) Geografía,
(2) Economía y (3) Política. Creo que estas observaciones comprimen buena parte
de mi experiencia de intercambio
cultural en Córcega, pero expanden también la inquietud por entender
mi puertorriqueñidad.
Me resulta muy difícil pensar en Puerto Rico y en Córcega sin
asociar las similitudes en sus referencias geográficas. Tanto Puerto
Rico como Córcega comparten las características de ser islas, de encontrarse en un mar entre dos
continentes y de ser parte de un archipiélago. La isla de Puerto Rico se
encuentra en el Mar Caribe, entre América del Norte y América del Sur y forma parte del archipiélago de las Antillas. Córcega se encuentra en el Mar Mediterráneo, entre Europa y África, en el archipiélago toscano. El
contorno de los litorales en ambas islas determina un relieve topográfico parecido,
el interior es montañoso y de éste brota una gran cantidad de ríos y
manantiales, sus valles son costeros. A pesar de la semejanza en su topografía,
el clima contrasta, en Puerto Rico el clima es tropical mientras que en Córcega
es templado. Es en la proporción de su extensión territorial donde se
manifiesta- quizás de la manera más gráfica- la diferencia entre estas islas. Los
extremos Norte y Sur de la isla de Puerto Rico se separan 35 millas, mientras
que los extremos Este y Oeste se separan aproximadamente 100millas. Córcega, en
contraste, invierte esta proporción. El extremo Norte se distancia
aproximadamente 100 millas del Sur, mientras que el extremo Este se distancia cerca
de 50 millas del Oeste. La orientación de la isla de Puerto Rico es
predominantemente Este-Oeste, por
el contrario, Córcega presenta una orientación predominantemente Norte-Sur.
Las semejanzas entre estas islas también se pueden encontrar en la
imagen que proyectan de su paisaje. Puerto Rico se le conoce como la isla del encanto, a Córcega como la isla de la belleza. Estos alias coinciden
en presentar ambos terruños como
un destino paradisiaco, promocionan
sus bellezas naturales como atracciones turísticas. Durante mis visitas de
verano me percaté que existe un
gran esfuerzo por hacer accesible a los visitantes en Córcega boletines con
información general sobre la isla y
promociones de sus atracciones, indicando que el turismo –como en Puerto Rico- es uno de sus pilares
económicos. Existe, no obstante, un contraste entre los visitantes en Córcega y
los que visitan Puerto Rico. Observé que la mayoría de los turistas en Córcega desembarcaban y
embarcaban en sus vehículos de
motor para ir a explorar y acampar, se les veía recorriendo las calles y caminos en casi toda le
extensión territorial de la isla, distinto a los turistas que desembarcan de
los cruceros en el Viejo San para caminar
la ciudad por unas horas o los que se confinan en recintos hoteleros
de y visitan lugares específicos
como El Yunque o Condado.
En Córcega, similar a
Puerto Rico, la mayoría de los productos que se consumen son importados pero se
destaca el consumo de algunos productos alimenticios locales. Embutidos, quesos
y frutos, son algunos de éstos. La castaña es un fruto
local que me hizo recordar la creatividad que los puertorriqueños hemos
desarrollado para confeccionar de maneras tan variadas el plátano. El fruto del
castaño se prepara de diversas formas también, al fuego (en invierno), mermelada,
flan y hasta en cerveza. De hecho,
la cerveza local principal en la
isla es de castaña. La cerveza Pietra
(nombre de la marca comercial) es de los pocos productos que compite
exitosamente contra otras marcas importadas en el territorio insular, equivalente
a la cerveza Medalla en Puerto Rico.
Pero la mayoría de las similitudes-distintas entre Puerto Rico y Córcega son reflejo
de lo que considero la principal: la política. Durante mi experiencia en PEC encontré
en Córcega un espejo político. El atractivo geográfico de Córcega y Puerto Rico
no se limita al turismo,
invasores y conquistadores a lo largo de sus historias sintieron la
necesidad de adueñárselas. La localización de Córcega y la de Puerto Rico atrajo
a los que buscaron establecer en
su momento, el dominio naval militar de la región.
A partir de la conquista española
Puerto Rico se convirtió en “la llave” codiciada que abría el umbral del Nuevo Mundo.
Si echamos un vistazo a la historia de Córcega, parece que su dominio desempeñaba un rol similar en el Mediterráneo,
aunque desde mucho antes.
Córcega, a
diferencia de Puerto Rico, desarrolló una historia geo-política muy larga y
complicada, de continuas invasiones, que se registran desde la pre-historia. A
pesar del pequeño tamaño que tiene,
el desenlace del dominio territorial fue muchas veces particular a unas regiones y no
necesariamente general a toda la isla. Ruinas y otros vestigios evidencian en
Córcega el establecimiento de
etruscos, pisanos y genoveses, entre otras civilizaciones dominantes.
Para finales del siglo XVIII algunas regiones de Córcega, sobre todo
en la región norte, habían logrado
un paréntesis al desfile de invasiones y alcanzaron emanciparse por un breve
periodo de tiempo. Pascal Paoli, apoyado por Inglaterra, fue el líder de esa
rebelión. Los levantamientos fueron en un principio contra Génova, quien había
impuesto su yugo los últimos cinco siglos en la isla. Francia aprovechó el
momento y logró arrebatarles el dominio insular a los genoveses en 1769. La subversión contra Francia continuó a
partir de ese momento. Napoleón Bonaparte I (nacido en Córcega) dirigió a los
franceses y logró eventualmente dominar totalmente su isla natal. De modo que Puerto Rico y Córcega comparten
un devenir político matizado por invasores y conquistas, pero también por intentos de independencia
frustrados.
La invasión de los
Norteamericanos en Puerto Rico en 1898 y el dominio de Francia sobre Córcega enmarca
la esencia del reflejo político,
ambas islas son el botín de guerra que adquirieron dos potencias que emergieron. En ambos casos el dominio
militar fue seguido de un intenso intento de dominio cultural: americanización
en Puerto Rico y afrancesamiento en Córcega.
Se observa, no obstante, una
resistencia que se mantiene
exitosa (aunque cada vez más
frágil) ante los intentos del dominio cultural. Existe en ambos pueblos una identidad
propia y particular, caracterizada entre otros elementos, por una lengua ajena
a la del invasor. En Puerto Rico, pese a los intentos de “english only”,
todavía el español se mantiene en el uso cotidiano, caracterizado por
particularidades que nos distingue de otros pueblos hispanoparlantes. Francia, distinto
a los Estados Unidos, logró
establecer en Córcega el francés como idioma oficial y cotidiano, pero
no obstante - aunque con matices de folklor- la lengua corsa se ha mantenido
viva.
Sobre esta última observación no sobra destacar que el dominio francés en Córcega se
estableció 129 años antes que el estadounidense en Puerto Rico. Ese desfase de
poco más de un siglo me lleva a pensar: ¿será a caso esta última diferencia solo
cuestión de tiempo?